Sexo, cocina y cintas de video: May I?

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¡Hola Elías! ¿Cómo estás? 

En respuesta a tu correo por aquí bien. Bueno, bien nosotros que la abuela está ingresada. Ha pillado el COVID en la residencia y está jodida. El resto de la familia sin novedad, cada uno con sus averías mentales. Los colegas, como siempre: Charlie comiendo y Fran tocando los cojones. Hoy te voy a escribir algo un poco más largo porque con esta MIERDA DE PANORAMA lo que tengo ahora es tiempo libre.

 

Con mi viejo ando chinado. El día de Navidad hubo bronca y me dijo que como siga así voy a ser un perdedor toda la vida, como mi tío. Pues mira, a lo mejor prefiero ser un perdedor como mi tío que un triunfador como mi padre. Encima él conmigo también está picao, menudo TONTOPOLLAS. Desde aquel día mi tío no ha vuelto más por casa. Vaya entrada de año más PUTO PEOR.

Ese día me habían regalado la bici que quería y bajé al centro a estrenarla y a enseñársela a Charlie y a Fran. Teníamos comida a las dos y media y mi madre me había dicho que fuese puntual, que veía mi tío a comer. Yo, en realidad, ya tenía bici de antes, pero me quedaba pequeña y, además, me daba vergüenza que me vieran con ella porque estaba hecha una PUTA MIERDA. Tenía más años que mi abuela la ingresada. Así que desde que nos mudamos ha estado en el garaje cogiendo polvo muerta de asco. A ver si la pongo en Wallapop y me saco algo de pasta. La nueva está MUY GUAY. Al principio me liaba un poco con las marchas, pero en seguida le cogí el tranquillo.

Salí de casa y pasé primero por el portal de Fran que es el que está más cerca. Ahora viviendo en la urbanización todas las distancias son largas, menos mal que con la bici recorto porque, JODER, qué mal comunicado está para ir en bus. Claro, cuando mi viejo decidió mudarse le tiró del PUTO RABO lo lejos que estuviese porque él no sale de casa sin el todoterreno. No lo lleva al wáter porque no le cabe por la puerta. Casi no cabe ni él de lo PUTO GORDO que está.

Kevin Ayers And The Whole World – Shooting At The Moon
Kevin Ayers And The Whole World – Shooting At The Moon (Harvest, UK 1970)

Cuando llegué a casa de Fran, lo llamé por el interfono y enseguida bajó. Se me quedó mirando con esa cara de GILIPOLLAS que pone a veces sin decir nada. Ahí se quedó, como una momia, hasta que de repente, puso una mueca y se empezó a reír. Me dijo que la bici era rosa, que era de tía y que se la tenía que dejar a Mónica. Yo le contesté que cortase ya, que de rosa nada, que era rojo claro, pero él siguió con lo suyo. Que si era muy pequeña porque era de tía, que si llevaba la barra del cuadro baja para poder ir con falda… Fran es subnormal. Al final se me INFLARON LOS HUEVOS COMO A UN BALÓN DE NIVEA y le contesté que era así porque me la habían comprado plegable para poder llevarla conmigo a cualquier sitio porque si la dejaba aparcada en su BARRIO DE MIERDA que está petado de PEÑA CHUNGA DE COJONES seguro que me la chorizaban el primer día. Entonces Fran se calló, se puso rojo y se le hinchó la vena esa que tiene a un lado de la frente que siempre se le hincha cuando pierde al futbolín. Pero bueno, qué te voy a contar a ti, que antes de que te mudases con tu madre siempre les ganábamos y no había quién COÑO LE AGUANTASE.

Durante un rato no dijo nada. Se quedó todo serio mirando los coches pasar. Yo tampoco. Nos quedamos los dos en punto muerto, esperando que uno de los dos se echase atrás y recapacitase. En ese momento se abrió el portal y apareció la hermana de Fran. El muy capullo me miró de reojo, cambió el gesto sonriendo y dijo: «Mira la bici que le han traído los reyes a Javi, Mónica. Como lleva el pelo largo, le han confundido y le han traído una de tía». Mónica me observó con la misma pasión que si estuviese mirando un PUTO SEMÁFORO, bajó la vista a la bici sin cambiar el gesto, me volvió a mirar con una ligera sonrisa y se largó caminando sin decir ni mu.

Lo que me dijo el payaso de Fran me jodió mucho. Siempre está igual. Que vaya a reírse de SU PUTA MADRE. Ahora bien, lo que me jodió de verdad fue la sonrisa de Mónica porque se estaba riendo de mí. Bueno, ni siquiera se estaba riendo de mí. Le doy tan igual que ni eso. Por lo menos podía haberle contestado al hermano o decirme que no, que la bici es de tío, que es roja y no rosa. Que su hermano es gilipollas y que está cansada de aguantarlo. Que la bici está guay y que cualquier día podríamos ir a dar una vuelta juntos. Que volvería a besarme, como aquella vez que lo hizo en el recreo. Que dos años que me saca no son nada y que, además, si voy a cumplir quince el mes que viene en realidad es como si solo me sacara uno. Pero no, no dijo nada. Sonrío y se piró. QUÉ PUTA MIERDA TODO.

Kevin Ayers And The Whole World ‎– Shooting At The Moon
Kevin Ayers And The Whole World ‎– Shooting At The Moon (Odeon, Japón 1970)

Mónica no tiene pinta de volver a besarme. Ojalá lo hiciese, pero lo veo JODIDO DE COJONES. Y aquella vez que lo hizo a saber por qué fue. Estábamos en el patio al recreo y yo estaba solo, leyendo un comic que me había regalado mi tío, ese de la chica iraní del que te hablé. Ese día Charlie estaba enfermo y no había ido a clase y Fran me había dejado tirado por un repetidor con el que se va a fumar porros la mitad de los días. Vamos, que pasó olímpicamente de mí, como siempre. Y como no tengo más amigos aquí pues me fui a leer al patio. Desde que te fuiste siempre llevo un comic en la mochila porque estar solo me da igual, pero lo que no quiero es que se note que lo estoy porque nadie quiere estar conmigo. Por mi se pueden ir TODOS A LA MIERDA.

Bueno. Todos no. Mónica podía quedarse conmigo. Aquel día según estaba leyendo sentí que alguien se me acercaba y cuando levanté la vista ahí estaba. Yo creo que se me paró el corazón. Qué guapa es. Me preguntó si no me aburría solo. Intenté responder que no, que estaba guay así, pero justo cuando fui a hablar tragué saliva y me atraganté. Empecé a toser y a disimular como que no pasaba nada, pero en realidad estaba pasándolo mal DE COJONES. Entonces ella respiró hondo, se apartó la mascarilla con una mano y la mía con la otra y me plantó sus morros contra los míos. Fue un beso rápido, pero todavía siento el sabor de sus labios. QUÉ RICOS. Ojalá se hubiera parado el mundo en ese PUTO SEGUNDO. Automáticamente, se dio la vuelta y volvió con las amigas que se estaban DESCOJONANDO sin quitarnos ojo de encima. Y hasta ahora. No me ha vuelto a mirar, ni a hablar. Yo a Fran nunca le dije nada porque se reiría de mí, pero yo creo que estoy colado por su hermana y creo también que aquel día me besó porque perdió una apuesta o porque le di pena que es todavía peor. MUCHO PUTO PEOR.

Eso fue por octubre más o menos. Aquel día se lo dije a mi tío cuando vino a casa por la tarde. Le dije que estaba enamorado. Yo sé que a él le ha dejado mi tía y lo ha pasado MAL DE COJONES así que quizás sea el más indicado para darme consejo porque de sufrir sabe un rato. Además, no me trata como a un crío como el TONTOPOLLAS de mi viejo, sino como a una persona adulta. Con mi tío se puede hablar.

Mientras se lo decía, él se quedó escuchado y mirando por la ventana, muy serio, asintiendo ligeramente de vez en cuando. Cuando acabé guardó silencio un rato y después de una PUTA PAUSA DE DOS HORAS se dio la vuelta y me dijo “tienes que contárselo a Mónica, Javi”. Le dije que si estaba loco, qué cómo se lo iba a decir si ya sabía que era algo inalcanzable. Entonces, se agachó y empezó a mirar entre los discos.

 

Cuando mi tío se vino a vivir aquí hace ahora un año, me trajo un montón de discos, un amplificador y unos altavoces. Me dijo que el apartamento de aquí era más pequeño, que necesitaba hacer hueco y que eran discos repetidos, aunque algunos venían precintados. Ahora, cada vez que viene me suele traer alguno, pero nunca me dice nada cuando lo hace. Como si fuese lo más normal. Lo posa por ahí, en el escritorio, como el que posa la publicidad que saca del buzón y sigue a otra cosa. Mi tío es un PUTO PERSONAJE.

Pues ese día, mi tío empezó a buscar entre todos los discos que había traído. Los iba pasando con los dedos a toda velocidad, vaya como los movía de rápido el CABRÓN DE MI TIO.

De repente se detuvo y me dijo: «¿Tú sabes cómo conocí a Sara?». Me llamó mucho la atención porque nunca habla de ella. Negué con la cabeza. «Un día iba por la calle buscando un sitio donde comer y encontré un pequeño café. La vi, y le dije ‘¿puedo sentarme y mirarte un rato? Me gustaría tener tu sonrisa por compañía. No hace falta que digas nada.'». La verdad que estaba a punto de mandarlo a la mierda porque yendo así por la vida o eres el PUTO BRAD PITT O ESTÁS JODIDO, pero me callé porque mi tío físicamente no vale un pimiento y Sara es muy salada. Mi tío todavía insistió una vez más con esa seriedad trascendental que le pone a todo y me dijo que en la sencillez estaba el éxito, que arte más excelso partía de la simplicidad.

Volviendo al día de Navidad, cuando Fran se río de mí y su hermana me ignoró, yo también me largué de allí cagando leches. No sé por qué, pero estoy un poco sensible últimamente con todo y me entró un nudo en la garganta y unas ganas de llorar que PUTO FLIPAS. Cogí la bici y pedaleé como si no hubiera mañana. No quise mirar atrás, pero estoy seguro que ahí estaba Fran, con la BOCAZA abierta, mirándome como me alejaba calle arriba. Quizás un poco arrepentido, pero no lo suficiente para tratar de detenerme. Si lo hizo, tampoco lo escuché. No sé si era por el viento frío que soplaba en mi contra o por lo mal que lo había pasado, pero notaba los ojos MOJADOS DE COJONES. Qué PUTO ASCO, joder.

Kevin Ayers And The Whole World – Puis-je? / Butterfly Dance
Kevin Ayers And The Whole World – Puis-je? / Butterfly Dance (Harvest, Francia, 1970)

Cuando llegué a casa ya había llegado mi tío. Estaba saludando a mi padre, que estaba a punto de marchar porque en la fábrica, trabajan a turno continuo y no para ni los festivos, así que todos los años va a brindar con los pringaos que les toca trabajar el día de Navidad y les lleva alguna botella de vino de regalo. Él dice que hay que tener un detalle que sino, son todo huelgas y problemas, aunque bien que lo cobran. Y lo dice todo orgulloso el TONTOPOLLAS pero luego se vuelve a casa y se aprieta una comilona y luego a dormir la mona mientras los demás curran. El caso es que como yo me acababa de marchar, mi padre se quedó un poco frío al verme entrar por la puerta. Me preguntó que qué me pasaba y yo le dije que había vuelto porque la hermana de Fran se había reído de mí EN LA PUTA JETA porque el payaso del hermano decía que la bici era rosa. Mi padre abrió mucho los ojos y luego me dijo que no sabía de quién había heredado las agallas, pero desde luego que de él no. Se puso el abrigo, se dió la vuelta y se fue dando un portazo.

Era justo lo que me faltaba. Mi amigo se ríe de mí, la chica que me gusta me ignora y mi padre me echa la bronca. Menudas navidades DE MIERDA. Me quedé ahí delante de la puerta viendo a mi padre subirse al Cayenne con una cara de GILIPOLLAS que todavía dura. Cara de gilipollas la mía, digo. Bueno, la de él también, las agallas no las heredé, pero la cara sí.

Entonces me di cuenta que ahí estaba mi tío sin decir nada. Mirando con cara de pena, como siempre, o quizás con un poco más de lo normal. Se acercó a mí y me dijo que no le diese importancia a lo de mi padre. Que reaccionaba así porque no sabía hacerlo de otra manera pero que ya se le pasaría y que en el fondo lo hacía porque estaba preocupado por mí. Me dijo que no importaba que la bici fuese roja o rosa, que en realidad el color es una percepción visual subjetiva. A mi tío le gusta mucho decir CHORRADAS QUE NO ENTIENDE NI DIOS. Yo creo que le debía estar poniendo una cara muy rara porque dejó de hablar de ondas cerebrales, respiró hondo y me dijo algo así como: «Javi, es muy probable que mañana no te acuerdes de lo que comiste ayer, pero de lo de hoy probablemente te vas a acordar siempre. Hay fechas que se nos quedan grabadas en la mente y tiene toda la pinta que la de hoy pueda ser una de ellas. De ti depende el recuerdo que te quede». Me dijo también que volviese a casa de Fran, que cogiese su bici DE MIERDA y que nos fuéramos a buscar a Charlie y a dar una vuelta los tres juntos por ahí. Que a veces hay que saber perdonar y que si somos capaces de hacerlo la vida será un camino más fácil.

Yo creo que estaba hablando de si mismo. Yo no sé los amigos que tenía en Madrid pero desde que lo dejó mi tía y se volvió aquí está más solo que la una. No sé si será el más indicado para dar consejos, pero se puso tan intenso que preferí hacerle caso. En realidad, siempre se lo hago.

Antes de volver a marchar me di cuenta que mi madre estaba escuchándolo todo desde la puerta de la cocina. Hubiese preferido que no lo hiciese porque mi madre es muy dramática y se preocupa demasiado pero ahí estaba, con más lágrimas en los ojos que yo diez minutos antes. Otra que está sensible últimamente. Cuando se dio cuenta de que la había visto me dijo que estaba cortando cebolla y que tenía mucho que cocinar todavía, como disimulando porque la hubiese pillado llorando. Le pidió a mi tío que le echase una mano en la cocina que iba muy retrasada, aunque lo que creo que estaba haciendo era invitarme a que hiciese caso a Antonio y que fuese a buscar otra vez a Fran.

Antonio desapareció como un corderito tras mi madre y yo volví a casa del SUBNORMAL de Fran. Se le había pasado la tontería y nos fuimos a despertar al gordo de Charlie, que, si no tiene clase, no se levanta hasta la hora de comer, el muy PUTO VAGO. Dimos un garbeo, volví cerca de las tres y comimos (ahí fue cuando el TONTOPOLLAS de mi padre me llamó perdedor).

En fin, te he contado toda esta historia porque hoy me ha dado LA BAJONA y he estado hablando con mi madre de mi tío, le he preguntado si sabía dónde estaba, que si se habría ido a Madrid a reencontrarse con Sara en el café donde se conocieron. Mi madre se ha puesto toda tiesa y me ha contestado que no diga tonterías, que bastante tiene ella con preocuparse por mi abuela. Que mi tío era un espíritu libre y que NI CAFETERIA NI CAFETERIO, que mis tíos se conocieron en un congreso en Berlín. Y ahí se marchó escaleras arriba, todo enfadada como si yo hubiese dicho algo malo.

Vaya FULAS MI PUTO TIO. La verdad que me lo tragué todo. ¿De dónde habrá sacado esa PUTA PATRAÑA?

¿Tú qué tal con tu vieja? ¿De tu viejo sabes algo? Espero que no sea tan PUTO PEOR como el mío. Yo me voy a poner uno de los discos de mi tío, a ver si descubro algo interesante y se me pasa la PUTA BAJONA.

Cuídate Elias,

Javi.

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12 comentarios en «Sexo, cocina y cintas de video: May I?»

  1. Me has puesto los dientes LARGOS DE COJONES con ese single francés, Manitoba. Los discos donde se traducen los títulos de las canciones (o mejor aún, de la banda -«Les Byrds», etc.) son mi absoluta debilidad. Aunque, entiendo, en este caso el artefacto recoge la versión francesa de la canción, no?

    Quiero ese single. Nada me gusta más en esta vida que la contraportada estándar de los singles de Pathe Marconi.

    1. Exacto, Inside. En este caso no hay traducción en la galleta sino que es simplemente la versión francesa que se sacó para el mercado galo. Versión, por cierto, que también se publicó en UK y en Países Bajos aunque creo que con portada genérica.

  2. al principio estaba un poco perdido, pero enseguida me he dado cuenta de dónde va esto en la saga… y me tienes en ascuas!
    y bueno, del disco de ayers se puede decir mucho, pero nada malo. hace poco se lo regalé a un amigo en una edición doble junto a joy of a toy.

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