Se llama Clive Campbell y el 11 de agosto de 1973 es el cumpleaños de su hermana. Hay fiesta en el Bronx y lo va a hacer: dos platos, dos copias de ese plástico de James Brown con el «Give it up or turn it a loose» y a simultanear «breaks». Es Dj Kool Herc, el chico listo que sabe que si sólo pincha «break beats» -pasajes instrumentales de temas funk o jazz- podrá prolongar a su antojo el clímax rítmico en la pista de baile. El invento funciona. Él mismo se anima, agarra el micro y suelta: «B-Boys, make some nooooooise!». Y los «chicos del break» responden, vaya si lo hacen.
Sólo me he comido dos hostias en mi vida. La más memorable fue una manopla como un martillo. Mi padre, 185 centímetros de altura y ciento y pico kilos de apabullante porte, silenció mi porculerismo infantil a mano abierta, al estilo Bud Spencer. Mi cabeza acabó en el plato y, al levantarla, en vez de lástima provoqué las risas de la familia. Llorando, de rabia que no dolor, fui al baño y en el espejo vi media cara colorada del bofetón y la otra media pringando de fabada, parecía el barón Ashler de Mazinger Z. Ahí decidí que los golpes mejor que me los cuenten. O me los canten.
Mierda, mañana es lunes y todavía tengo que empezar el articulo que me comprometí a escribir hace un mes y medio. Y ya lo he retrasado dos semanas, y no sé si me queda algo de vergüenza por algún lado para pedir otra prorroga.
Y mañana es lunes y empieza la rutina de levantarse a las siete para currar. Voy a currarme un recopilatorio para que por lo menos, el comienzo del día se haga un poco más llevadero.
Era imperativo: tras la revelación de la semana pasada, había que hablar de los Fall. Mi primer impulso fue dejar una entrada en nuestro topic miscelánea con nombre escatológico, pero no tardé en decantarme por abrir un nuevo saloncito, uno particular, sólo para los Fall. Finalmente, y que sea lo que dios quiera, me he decidido por el artículo porque los Fall se lo merecen todo. No vamos a ponernos ahora con menudencias, que estamos hablando de Mark E. Smith. Tengo algo grande que contar, es mi historia de The Fall. Mi manual de instrucciones.
I am a back door man
I am a back door man
Well, the men don’t know
But the little girls understand
Back Door Man. Willie Dixon (1960)