La Parte Chunga: Mi primer festi

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La gente es reacia a contar los problemas sucedidos durante sus viajes. Fotos que muestran sin rubor sonrisas forzadas y chancletas pero que también dejan ver parejas rotas, buffet barato y nervios a prueba de rent-a-car. Los viajes perfectos no existen. Siempre hay otra parte de la que nadie quiere hablar: la parte chunga.

Hoy nos vamos de festival a las profundidades de la estepa.

Todo el mundo sabe lo que es un festival. Todo el mundo ha estado en uno y lo ha contado en las redes acompañado de profusión de fotos con filtros. No vamos a enseñarle a nadie a estas alturas lo que es irse de festival.

O sí. 

Porque los festivales no siempre han sido lo que son ahora. Me faltan datos fundamentales, que he intentado rellenar con la gran maravilla de nuestros días, San Gugel, pero la omnisciente interné calla. Guarda silencio. No sabe o no quiere hablar. Nada encuentro sobre el festival MercaRock, celebrado en la localidad de Santa María del Mercadillo a finales de los 80… ¿o fué ya en el 90?

Tampoco fué un festivalillo tan cutre como para no haber dejado ningún rastro… no fué el típico festival organizado por los mozos con un presupuesto que tiende a cero y cabezas de cartel con el tirón de Las Potas del Emperador, Úlzera o Jose Mari (Canción española), que va, que va… aquí estaban varios de los grupos conocidos de la provincia y «vaquillas» sagradas como Burning, Tahures Zurdos y Tijuana in Blue. En total más de doce horas de ruoc con calité. Más que suficiente para dejar algún artículo, recuerdo, video…en una red donde hasta los partidos de solteros contra casados tienen páginas y páginas y, en aquel momento, mucho más que suficiente para poner las orejillas tiesas y organizarse. Había que ir. Sobre todo si estás en plena adolescencia y ya no hay insti. Tio, tio, tio, hay que ir mecagondios, nos lo montamos y vamos. Fua, tio, ya verás.

Eso añade un detalle tonto pero puñetero. La logística. Cuando eres adolescente en este país llamado Españña no tienes carnet de conducir. Porque la ley no te deja. Puta bida tete.

-Clima continental extremado. En verano también.-

 

Da igual. Los cuatro conjurados tenemos experiencia en llegar a los más recónditos rincones de la provincia en bus, a pié o en balsa, SOMOS SCOUTS y el scout sonríe ante las dificultades. Si se ha fumado un par de trócolos hasta se descojona de las dificultades. El lector avispado tal vez haya deducido del nombre de la localidad que no es lo que se dice una pequeña ciudad…ni un pueblo grande… y el lector avispado familiarizado con la Españña despoblada conocerá esa vieja regla de tres que dice que habrá un autobús de ida a la capital por la mañana y otro de vuelta por la tarde. Y ya.

Así pues, nos embarcamos en un autobús borreguero con un par de bocatas cada uno y algo (un poco) de vino y cocacola. Nuestra esperanza para el retorno era aprovechar el entusiasmo de los asistentes al evento para hacer dedo hasta Gumiel o algún otro pueblo situado sobre la nacional Madrid-Burgos. Allí el grupo se reorganizaría y aprovecharía la mayor frecuencia de autobuses para volver a la capital. A ser posible antes de la hora de comer. O cuando se pudiera o pudiese.

Un plan perfecto.

Sin fisuras.

Sin móviles.

Sin dinero. (Bueno, con los cien duros que podía llevar en el bolsillo un menor de edad en el año 89 después de pagar el billete de bus y poner bote para calimocho)

Desde luego, de la calidad del servicio de bus borreguero se puede hablar mucho pero nadie podrá negar que cumplia la función de conectar el territorio, aunque fuera una vez al día: zigzagueamos por las comarcales, dimos la vuelta con paciencia en plazas mayores, asistimos a charlas, vasos de vinos y efusivos saludos… y, last but not least, llegamos a destino un par de horas después de zarpar. Menos mal que todavía se fumaba hasta en el médico. No digamos en los autobuses.

Por supuesto el festival ya había comenzado pero cero dramas. El primer artista era Tuco, acompañado de su eterna banda Los Definitivos. Los habíamos visto veinte veces antes y los hemos visto cien veces después. Caía un sol que partía las piedras y obligaba a buscar la sombra. Ya nos sabíamos las canciones, empezamos a mezclar el calimocho…buen rollete, jijijaja.

-Hace tiempo que Tuco no se desnuda mientras canta la de "Me quedo en bolas", pero los hechos que nos ocupan ocurrieron hace ya treinta años.-

 

Juraría que la siguiente banda fué o bien Dirty Youth o bien unos jebis cuyo nombre no recuerdo. No les hicimos ni puto caso porque varios compañeros reconocieron a alguien. Nada menos que su antiguo responsable de los boy scouts. El hombre se encontraba realizando la famosa prestación sustitutoria en la Cruz Roja y había sido enviado a ese olvidado lugar de la submeseta norte a cuidar de la salud de los asistentes. Y eso hizo, joder, eso hizo, después de unas cuantas anécdotas nada educativas que implicaban a conocidos comunes y de invitarnos a un par de cachis de cerveza (fresca, no como nuestro brebaje cocinado al sol a baja temperatura) se despidió con gran pesar para volver a su deber con la patria… y volvió en unos minutos.

– Bah, tios… no había centraminas pero tomaos esto.

Yeah.

Por fin era de noche. Estábamos alegres. Más que alegres, joder… y, no se como, alguien nos intentó convencer de ir un rato a la verbena del pueblo de al lado. Jódete. ¿Nos vamos a casa cristo a un festival de ruoc y ahora nos quieres convencer de ir a una puta verbena a seis kilómetros andando?

Habéis acertado. Pallá que nos fuimos. Este grupo es una mierda mecagüendios, hasta las XX que toca Burning no hay más que mierda mecagüendios, blablabla… tio, no seas cortabolas, blablabla… hala. Seis kilómetros andando por un sendero hasta la verbena. Lo gordo es que no fuímos los únicos ¿eh? una serpiente multicolor de tarados nos desplazamos hasta las eras del pueblo de al lado a gozar de rancheras, pasodobles («!Tocad Islas Canarias mecagoendios!«) y, por supuesto, alguna de Siniestro Total porque… antes de llegar al momento dulce de toda verbena, ese sweet spot donde la banda ataca temazos de Barricada, Los Suaves… nos volvimos por el senderito en alegre procesión hacia el festi.

Noche cerrada. Sin linternas. Sin luna llena. Sin juicio ninguno. Sin perder de vista la espalda del de alante mientras vigilas el irregular suelo que pisas. Caídas. Tobillos torcidos. Lo mismo alguien se perdió por allí y no ha vuelto, qué se yo.

Al menos los cuatro de mi grupo llegamos, nos reunimos y buscamos un sitio medio elevado desde el que ver el escenario. Fácil, porque estaba montado sobre una de las porterías del campo de fútbol y, a lo largo de la banda, había una elevación de terreno que protegía el campo del viento…cuando el viento no venía de la banda contraria.

No tengo recuerdos de Burning. ¿Será el calimocho? ¿La medichina? lo mismo no tocaron, eh?…que hace muchos años y no he encontrado donde corroborar todo esto… Tahures Zurdos estuvieron de puta madre. El comienzo de «Lujuria» con Aurora sola bajo un único foco y la banda entrando a cañón se me ha quedado como uno de los recuerdos buenos que tengo de conciertos y de todas estas movidas en general. Y luego ¿Que haces tú? ¿Que no bailas con Tijuana in Blue?

-¿Hemos dicho ya que no existían ni Instagram ni sus filtros?-

 

No podía quedarme quieto parao mirando, hombre. Con 17 años te tienes que bajar al follón. Y meterte en el pogo, que hostias. Mi primer festival, mi primer pogo punki. Ah!…contigo aprendí…que si te caes te cogen y te levantan, que no se trata de hacer daño sino de bailar a lo loco, aprendí que no hay que enfadarse por un codazo o una patada con puntera de acero, aprendí que no tienes que pensar sino disfrutar y, claro, también aprendí que veinte o treinta punkis haciendo el mongolo en el área pequeña de un campo de fútbol de pueblo levantan mucho, mucho polvo.

Tragué más tierra que la de Kill Bill en Texas, la hostia. Cuando no pude más y me salí del pogo miré atrás y pude ver, ya con la luz del amanecer, que de la zona frente al escenario salía una columna de polvo que el viento desplazaba mansamente, como el humo de una gran hoguera. Que sed pasé, la virgen. Sin un clavel para comprar cerveza, agua ni hostias porque había que reservar algo para el autobús de vuelta.

A Tijuana in Blue me siento obligado a reconocerles el mérito: Tocar a las seis de la mañana después de siete u ocho grupos y hacerlo con ganas y energía aunque se ponga a amanecerte en la puta cara no todo el mundo lo hace, ojo. Respeto y honor, cabrones.

 

Por suerte para mí, si hay algo que no falta en ningún puto pueblo ni aldea es un pilón. Con caños. Y agüita fresca. Nos bebimos el acuífero y pusimos en práctica la segunda parte del plan: Volver.

Sobre el papel todo parece bien. Autostop en dos grupos de dos personas hasta la carretera nacional. Ajuntarnos de nuevo. Esperar un autobús. Llegar a casa. Morir. De nuevo un plan sencillo ¿Que puede salir mal?

Sobreestimamos la hermandad y buen rollete que tendrían los conductores a la vuelta de la ceremonia del rock. Durante casi una hora pasaron de nuestros jóvenes culos. Y el scout ya no sonreía tanto ante las dificultades…sólo un poquito cuando se acercaba un coche. Ya que pareces un muerto viviente, por lo menos un muerto viviente sonriente.

Y nos empezábamos a poner nerviosos, además de cansados, sudados, con hambre, con sueño, al sol, etc… y entonces, ¡Oh fortuna! un caballero talludito con un seat 133 nos paró y, para colmo, nos indicó que el otro grupo de dos podía subirse también. Cojonudo. Suerte loca. El comando unido camino a la nacional. Nos costaba un poco entender al conductor hablando, eso sí, porque al parecer el hombre tenía una minusvalía o dificultad en el habla pero buen rollo, buen rollo, jajajaja… vaya caña el festi, ¿eh?… buah!… si, si… que guay. Y comprendí una de las frases que repetía cinco o seis veces seguidas:

– Ya no traemos ni pizca de sed.

Yo no estaba en mi momento más despejado y no le encontraba sentido…hasta que se lo encontré, claro. El conductor llevaba una papa como un general, una talanquera que no podía ni articular palabra y allí íbamos tres atrás y dos alante, con los ojos como platos pensando como decirle que pare, pare, que nos bajamos, que no pasa nada, que damos un paseíto y eso, muchas gracias, eh, hasta otra, hasta otra… cuando el hombre saca un cigarrillo y se pone a intentar prenderlo bajando la cabeza hasta el volante y enfilando el carril y la cuneta contraria.

– ¡CUIDADOOOOOO!

La algarabía que montamos le hizo levantar la vista, reaccionar y dar un golpe de volante… que nos metió en la cuneta derecha para dar tres vueltas de campana.

-Seat 133. Muy parecido a un 127 con el motor detrás. Ninguna queja sobre la rigidez de su chasis.-

 

Milagrosamente, todos salimos ilesos del puto 133.

Una vez visto que estábamos vivos (y que el conductor había desaparecido) intentamos que nos subieran a alguno de los coches que estaban parados en una larga fila… ahí es donde se ve la bondad de la gente. Esos momentos que te reconcilian con el género humano.

Claro, las personas cuando te ven después de un accidente así se vuelcan. Sólo tuvimos que interceptar a uno de los que sorteaban el coche patas arriba, subirnos al capó antes de que cogiese velocidad y dar un par de manotazos a la carrocería para que nos abriesen sus corazones y la puerta del puto coche.

El resto del relato, la verdad, nos lo podemos ahorrar porque, sinceramente, desmerece. Sólo un breve epílogo para despedirse con buen sabor de boca. Reagrupado el comando, era necesario obtener información fiable sobre las comunicaciones que nos permitirían volver a la base, cada uno en casa de sus padres y el lugar, como algunos sabeis, es la cantina del pueblo. Y…¿Quién estaba en la cantina del pueblo cuando llegamos?

El conductor del coche. Empujándose un copazo.

Por todo eso, cuando describen el Primavera Sound como una «experiencia«… no puedo evitar que una melancólica media sonrisa asome a mi rostro ajado de casi cincuentón. «Vive la experiencia«. Al pilón os tiraba yo a todos.

-Si llenais el pilón seguiremos con la alberca. Pero si se llena la alberca ya sólo nos queda el barranco.-

17 comentarios en «La Parte Chunga: Mi primer festi»

  1. Jajajaja lo que me he reído Padrecito. Da gusto empezar así el día. Qué grandes peripecias!

    Oye y qué bien transmites esa inocencia tardochentera, cuando las cosas tenían el encanto de que se hacían mal. Cachislamar, que viejos somos, tú.

    Eso sí, gracias a tu relato, puedo decir que aunque no he estado en ese festi ni he pisado ese pueblo de mala muerte en mi vida, YO LO VIVÍ.

  2. Hostias, qué gran texto y qué evocador. Me han venido muchos recuerdos del Festimad 98, que no tiene nada que ver, pero fue mi primer festi y también tiene un buen número de anécdotas sucnor:

    – Ir en un tren nocturno desde Palencia porque llegaba el primero a Madrid. La cosa es que el trayecto normal duraba 3 horas y ese tren 7, pero la risa fue cuando después de montarnos, a los 15 min, se paró 4 horas en un pueblo de al lado (donde aprovechamos para ponernos hasta atrás y llegar sin dormir al festi)

    – Llevamos desde Palencia TODA la bebida. Y eramos muy brutos eh? Aparte de mochilas igual cargabamos cada uno 8 litros de alcohol

    – Unica vez que se celebra el festi en Julio. Mi arma que calo! 40º a la puta sombra

    – Desmayo con sangrada de nariz de uno de los compañeros. Sin comentarios

    – Sexo con una novia que tuve en una tienda de campaña. Con ese calor, después de 2 dias de festival, con las duchas de un festival… sin comentarios

  3. jajaja…grande padrecito¡¡¡ ¿ te has inventado a los grupos? menos los tijuana…….. esas historias son de todos…y creo que el Festimad era el culmen de esa España que todavía se resistía a ser europa.

    has dejado olor a Kalimotxto¡

  4. Gracias por sus amables palabras compañeros. La verdad es que buena parte del mérito es del artículo de King Crimson…leyendo sus desventuras me vinieron las mías a la cabeza. Es que supongo que todos tenemos historias parecidas…

    Todavía no comprendo como nos convencieron para ir a la verbena. Es que no se que coño se nos pasó por la cabeza…

    Y, Disorderity… no, no me he inventado ni un nombre de un grupo. Todos reales. Tengo pruebas.

    https://www.youtube.com/watch?v=_eUU3fI_aMs

  5. No he ido a un festival en mi vida y espero no acudir nunca jamás… demasiada gente. Por cierto, repito aquí mensaje: No puedo postear en el foro poruqe no me sale el cursor en la respuesta… Algún admin. que pueda ver queé ocurre… A alguién más le pasa?… Saludos.

  6. Yo también estuve en el Mercarock, soy Arandina, también era muy joven, ese concierto lo promocionó Evelio, que siempre se ha dedicado a la hostelería y ha traído a Aranda de Duero muchas bandas.Creo recordar que también cantó Víctor Coyote, tengo el recuerdo de esta noche voy a bailar..me encantaría poder recordar el cartel del festival, pero no me acuerdo …la cerveza, el calimocho, o todo junto.

    1. Hostia, Belén… Victor Coyote… pues puede ser. No he encontrado información y además está el lapso en que cambiamos el festi por la verbena…

      Buenos conciertos en fiestas de Aranda, eh?

  7. Si, aquí en Aranda siempre ha habido mucha marcha, me voy a enterar que grupos fueron, voy a preguntar a la gente de aquí, la verdad que se arriesgaron con ese concierto porque ese pueblo estaba perdido de la mano de Dios, Creo que Evelio es de ese pueblo, yo no tengo amistad con el , pero tiene un bar y se le puede preguntar , cuando sepa algo más lo pongo aquí en el post, un saludo, padrecito

  8. Yo estuve en ese festival. Fuimos desde la provincia de Soria por carreteras comarcales muy estrechas. Desde Madrid o Burgos estaba cerca de la A1 pero desde la provincia Soria una odisea.
    Burning no tocó. Si que tocó una banda madrileña con ex miembros de Burning de poco éxito pero no recuerdo el nombre. Destacar el pago polvoriento con Tijuana in Blue. Ya había amanecido cuando empezaron y junto con ellos Los Coyotes y Tahures Zurdos. También recuerdo que una banda que tocó antes o después de Tahures tuvieron un pique con ellos y durante su actuación se metieron con ellos llamándoles estrellitas. Los que fuimos todavía recordamos ese festival y han pasado décadas.

    1. Desde luego… los festivales eran otra cosa entonces, mucho más inocente, más apasionada… y también más loca y peor organizada. Para mí fué el primero y ya ves que me dejó marca, jajajajaja…

      Gracias por comentar, y por las puntualizaciones, Alberto. No hay información por ahí y la memoria me puede engañar.

  9. Acabo de estar con Tuco, hablando de ese concierto, entonces no eran festivales
    Yo también estuve en el concierto,en la verbena no.
    Confirmar los grupos Tuco (que todavía sigue en activo), Taures , Tijuana y Los Coyotes.

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