Hace poco estuve buscando unas fotos en mi ordenador viejo y como suele pasar (al menos a mi), al final no encontré lo que buscaba pero sí acabé econtrando cosas que no buscaba y de las que ni me acordaba. Entre ellas estas fotos de un concierto de Protomartyr… de 2014. Con las fotos había una crónica del concierto y he decidido recuperarla para acompañar las fotos. No es nada del otro mundo, pero puede servir para refrescar nuestras mentes y recordar cómo era aquello de ir a conciertos, estar rodeados de gente y no preocuparte por si alguien está muy cerca de ti.
En la música, la voz –cuando está presente– es el punto focal de atención. Dado que hemos evolucionado como especie para que una persona sea lo más relevante del entorno para nosotros, no es extraño que así sea. Los intentos para tratar la voz humana como un instrumento con la misma o menor importancia que otros sonidos, han sido escasos, poco trabajados y no demasiado exitosos; más fruto de carencias a disimular, que de un intento serio de establecer un nuevo paradigma.
«Ciudad que apesta. Siempre llena de mierda», cantaba la muy forera Banda Muerta en «Barcelona», canción de su maqueta póstuma de 2017. La ciudad condal es hoy lo que siempre quiso ser: cosmopoli(LL)a y asquerosa. Es una capital wannabe de algo que no sabe concretar ni ella misma. En el fondo es mejor así, se hace querer. Es curioso que de tan moderna y urgente se ha olvidado de algo fundamental: actualizar su mapa sonoro. A la gente aún se le llena la boca de Serrat, Trogloditas y bolas de alcanfor con el siglo XXI a punto de devorar su primer cuarto. Le ponemos remedio:
Mi tío ha vuelto a dejarse caer por casa, como si nunca hubiese dejado de hacerlo. Al principio de vez en cuando, sin avisar, hasta que poco a poco ha ido retornando a la frecuencia del año pasado. Se sigue marchando cuando llega mi padre, generalmente un poco antes, y las veces que llegan a coincidir, que son las menos, se saludan amistosamente, como si fuera una visita de trabajo. Luego mi tío se esfuma, cosa que hace tras conceder unos minutos de cortesía para que no se note mucho que lo hace porque le molesta su presencia. Pero yo lo noto, vaya que si lo noto.
Empiezo este tercer capítulo de la saga Memphis Reatard y me estoy dando cuenta de que tras tres partes, todavía no he empezado a hablar de Jay, que es quien me hizo ponerme a escribir esto. Y parece que la cosa va a continuar así un poco más…
Este tercer capítulo de la saga va sobre Greg Cartwright, el tercer Oblivian y el que ha tenido una carrera post-Oblivians más provechosa, dicho esto desde la más pura subjetividad, claro está.